Ese día debíamos hacer noche en Grundarfjördur, un pueblito costero en la península de Snaefellsnes. Para el caso da igual el nombre y da lo mismo el pueblo. Da igual que allí cerca esté el volcán que Julio Verne eligiera como puerta de acceso al centro de la tierra. Allí todo es extremo. Otro nombre impronunciable para un conjunto de vidas separadas por horas de otro enclave similar. Allí no se puede ser ostentoso, no se puede ser caprichoso. Allí la inmediatez va a otra velocidad.
Lego 700/5
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
La cafetería del pueblo es oficina de turismo y también biblioteca.
Kaffi Emil era atendido por dos mujeres que hacían un "crumble" de manzana espectacular. Después del café y entre un cumplido y otro, una de ellas me invita a visitar el pequeño museo; una sala contigua ambientada como si fuese un taller tradicional de pescadores.
Todo allí era verdadero, colocado en perfecto desorden.
Todo allí era verdadero, colocado en perfecto desorden.
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
Al final de esta escenografía de galpón pesquero, había una abertura con lo que parecía ser una salita para niños con su típica mesita liliputiense y unos cuantos libros de cuentos.
Como quien necesita ver lo que ya sabe que hay, me acerco a curiosear y para mi sorpresa; me equivoco.
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
Allí plantada, al igual que el taller, aparece enterita la recreación de una antigua juguetería.
Es el humilde homenaje que el pueblo quiso tener con su propietario, Pardur Polsson.
El viejo Polsson, fue el chofer del autobús que unía Grundarfjördur con Reykjavik entre los años 1946 y 1966. Probablemente el único enlace con la capital aquellos años. Cabe recordar que en pleno 2020 muchas de las carreteras que trazan la geografía de Islandia aún son de grava. No es difícil imaginar lo que podría suponer en aquel entonces el trayecto que hoy toma dos horas por una carretera asfaltada de 170km.
Lo curioso es que durante las horas que no hacía el trayecto hacia la capital, Polsson atendía el almacén que abastecía al pueblo de variados víveres. (Probablemente nutrido con la misma frecuencia de cada uno de sus viajes.)
Pero cuando llegaba la navidad, mágicamente, aquel negocio de provisiones mudaba de piel para transformarse en la mayor ilusión que podían tener los niños del lugar: Una juguetería.
Probablemente, ese sea el recuerdo que los pobladores de Grundarfjördur atesoran con mayor nostalgia y que ahora tiene por fin la forma y color de sus memorias.
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
Tin Robot
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
Tin Stock Race Friction Cars
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
Tin Michigan Crane
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
Tin Spring-powered plane
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
(Toy Shop Museum Grundarfjördur, Iceland - Kaffi Emil)
La mayoría de los juguetes expuestos en las estanterías provienen de desvanes, buhardillas y trasteros de los vecinos de esta población. Aunque también hay una cantidad no especificada de elementos comprados para la ocasión.
Troballes amb un punt de sensibilitat, gràcies per portar-no aquesta història del petit museu.
ResponderEliminarGracias a ti por comentar. Así sé que las visitas que tengo no son sólo bots!
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