Podíamos
olvidarnos de meter en la mochila los cuadernos con los deberes para aquel día,
pero jamás olvidaríamos nuestro álbum de figuritas (cromos, estampas...).
Las colecciones en álbumes, resultaban ser con frecuencia el único contacto material con nuestra serie de
dibujos animados favorita o la película del momento. Fueron el gen inicial del “merchandising” moderno, la única manera de demostrar que éramos devotos hacia algo.
Nos acompañaban donde fuéramos durante medio año o año entero. Y hasta osábamos iniciar una nueva colección
sin abandonar la anterior (Con el esfuerzo económico que eso representaba)
Por lo general los álbumes terminaban sin cubiertas, con las esquinas maltrechas y con páginas colgando por una sola grapa.
A medida que avanzábamos en la colección, aquello se iba transformando en una suerte de aglomerado de pegamento y papel,
donde la flexibilidad original de la revista daba paso a la rigidez del cartón.
No había nada comparable al momento de ponerse a pegar esos trofeos. El olor característico de la Plasticola marcaba el inicio de aquel ritual mágico. Ese momento único que sólo podía llevar a cabo uno mismo, y que la aparición cada vez más frecuente de figuritas autoadhesivas quitaría parte del encanto a la tarea.
En la escuela, a
los coleccionistas nos delataban los bolsillos. Las costuras en tensión del guardapolvo albergando esos fajos descomunales de "repes". Esa pequeña fortuna
descambiable que ni en broma dejábamos descuidada en el aula.
Más allá de la inyección constante de sobres comprados en el kiosko, la esencia de toda colección,
estaba basada en el cambio, el trueque con tus pares. Esa suerte de pacto
implícito donde ambas partes se benefician de las posesiones del otro.
El monótono: -"tengo, tengo, tengo, tengo, tengo, tengo", era interrumpido abruptamente por un: -"¡NO tengo!".
Y en ese momento se producía la necesidad imperiosa de que el
otro se vea seducido por alguna de nuestras pertenencias. Iniciando así el ritual
inverso de pasar de una mano a la otra ese pilón enorme hasta agotar las posibilidades de éxito.
¿Cuantas veces
hemos entregado diez de las nuestras por esa que nos interesaba?
Y quizás, alguna
otra vez, hasta hicimos arrancar a un chiquilín de su propio álbum esa difícil
que nos faltaba; a cambio de todo nuestro taco de repetidas, y a sabiendas de
que él jamás la volvería a encontrar. Nosotros, quizás así, completaríamos nuestro álbum.
La frase “álbum
lleno tiene premio” siempre rondaba en nuestra cabeza, pero comenzaba a
desvanecerse conforme tus amigos barajaban las mismas figuritas repetidas. La ilusión de completarlo y canjearlo por correo postal se veía cada vez más lejana.
Era
en ese momento cuando eras capaz de creerte la leyenda escolar de que nunca se imprimían todas
los números necesarios, y que siempre habría figuritas que faltarían.
Había otras situaciones
en las que el cambio mano a mano no era aceptado y había que jugársela en el
suelo del patio; a riesgo de perder la que te interesaba, y la que ponías en juego de tu propiedad.
Las redondas,
lanzándolas. A ver quien era el experto que la lograba dejar de pie en el
ángulo que formaba la pared con el zócalo.
Las
rectangulares, contra el suelo. Intentando darlas vuelta con la palma
de la mano, como queriendo matar a una mosca de papel.
Por este motivo
no era extraño ver alterada la belleza de alguna página del álbum, a causa de un cromo machacado.
Con la impresión saltada, o toda su
superficie atravesada por una diagonal, demostraba haber sido puesta en juego y finalmente obtenida como botín.
Todas los álbumes que ilustran estas líneas, me pertenecen.
Hoy daría todo mi pilón de "repes" a cambio de un sobre cerrado de alguno de ellos. Lo abriría tratando de no romper su interior, y pasaría las páginas hasta encontrar ese hueco donde pegarlas...esta vez, derechitas.Colección Superhéroes Marvel
Como curiosidad decir que las figuritas eran de cartulina y sólo debían pegarse por la parte superior para poder levantarlas y leer la historia que había debajo ya impresa en el álbum. Por la parte trasera de cada figurita venía impresa la publicidad de TITA o Rhodesia las dos golosinas del fabricante de galletitas Terrabusi, quien esponsorizaba la colección.
También puede verse que aún a mis 7 años utilizaba el álbum como libro para colorear y pintar.
Álbum incompleto.
Lo más interesante del álbum es esta páginas de autoadhesivas.
Mientras que el resto de las ilustraciones respondían con fidelidad al diseño de las tiras de cómic, respetando la técnica de dibujo y color plano, los dibujos de estas páginas eran hiperrealistas. Tenían más que ver con el diseño conceptual de los personajes para el cine que para el cómic. Hoy que estamos acostumbrados a la franquicia Marvel, y que los Vengadores (The Avengers) tienen una película por año, es casi trivial imaginarse a actores de carne y hueso dando vida a estos personajes. Por aquellos años ver estas ilustraciones resultaba totalmente innovador y confesaré que hasta extraño y de dudosa aceptación. Hoy son todo un hallazgo.
Colección Titanes en el Ring
Esta colección era exclusivamente de factura nacional y era el álbum oficial del programa de televisión de lucha de "catch" Titanes en el Ring. (Una especie de World Wrestling autóctona)
Era realmente una producción de muy bajo costo. Las fotos para la figuritas fueron extraídas de algunos programas con público, otras eran de archivo, y las restantes parecería que hubiesen sido tomadas en los pasillos del canal de televisión aprovechando la emisión del programa para así tener a los luchadores caracterizados con sus disfraces. Igualmente la ilusión estaba servida.
La páginas de redondas con todos los luchadores son para enmarcar.
Álbum completo.
Esta colección era exclusivamente de factura nacional y era el álbum oficial del programa de televisión de lucha de "catch" Titanes en el Ring. (Una especie de World Wrestling autóctona)
Era realmente una producción de muy bajo costo. Las fotos para la figuritas fueron extraídas de algunos programas con público, otras eran de archivo, y las restantes parecería que hubiesen sido tomadas en los pasillos del canal de televisión aprovechando la emisión del programa para así tener a los luchadores caracterizados con sus disfraces. Igualmente la ilusión estaba servida.
La páginas de redondas con todos los luchadores son para enmarcar.
Álbum completo.
Colección E.T.
Nadie de nuestra generación estuvo ajeno al exitazo de E.T, el Extraterrestre. Las imágenes que dio esta película a la cultura Pop ya son parte del imaginario colectivo. Identificarte con Eliot cuando jugaba con los muñecos de la Guerra de las Galaxias. O luego de ver la peli, probar si el termómetro subía de temperatura con la lámpara de tu habitación. A más de uno se le habrá fruncido el corazón al ver a ese bicho metido en una cámara frigorífica. Y ver reptar el túnel de plástico detrás de la camioneta en desbandada, no tuvo precio. Habremos repetido hasta el hartazgo la frase: "E.T. phone home". O recordar la sensación que te produjo ver por primera vez como las ruedas de las bicis dejaban de tener contacto con el asfalto. La frase: "sé buena", a Drew Barrymore, resonaría mucho tiempo mientras la actriz descarrilaba en su vida.
Álbum completo.
Colección "Hechos y Soldados del siglo XX"
Definitivamente es la colección que más me gustó y de la que más grato recuerdo guardo. Curiosamente no estaba vinculada a ninguna película o serie televisiva, simplemente recopilaba los conflictos bélicos del siglo XX.
Pero sus ilustraciones y sobre todo sus figuritas sobre papel metalizado eran una delicia. Un alarde técnico para un producto tan efímero y de escasa repercusión como una colección de figuritas.
Cabe recordar que imprimir sobre una superficie que no es papel y por consiguiente no es blanca, necesita una tinta más, como base para que la magia de la impresión por cuatricromía sea posible.
Ahora, mientras escribo estas líneas descubro que esta colección estaba editada por Editorial Maga, de Valencia. Y que fue reproducida íntegramente en la Argentina. Son las cosas que todavía me sorprenden. Cómo a ambos lados del mundo se seguían las mismas colecciones.
Hoy gracias a internet puedo ver qué aspecto tenía la tapa del álbum. Prácticamente no la recuerdo. La del mío pasó a mejor vida a la primera de cambio y mi madre lo forró utilizando la primera página del editorial, como cubierta improvisada.
Álbum incompleto.
Colección "The A Team"
Esta colección ya me encontró en el límite de edad para el coleccionismo de figuritas. Corría el año '84 y Anibal y los suyos causaban furor en la tele. Habían pasado en poco tiempo del horario de las 22h, enfocado a un público adulto, al horario central de las 21h enfocado más al público infantil. (para quien en definitiva estaba dedicada la serie).
Como en otras colecciones, el álbum traía una historia montada "ad hoc" que escapaba totalmente de la realidad y era ilustrada por cada una de las fotos de las figuritas. Daba igual si estaban hechas en un estudio fotográfico o eran capturas de pantalla de capítulos dispares entre sí. A los redactores eso no les importaba, seguro que no veían la serie.
Álbum completo.
Además de las colecciones
que aparecen más arriba y de las cuales conservo los álbumes, recuerdo especialmente la de la serie
televisiva del “Increible Hulk” protagonizada por Lou Ferrigno y Bill Bixby.
Como dato curioso esta colección además de las correspondientes figuritas traía en cada
sobre un chicle.
Lamentablemente nos conservo material propio sobre esta.
Otra colección que también está sólo en mi memoria, era la de la serie televisiva “CHiPs” (California Highway Patrols).
Aquí venían dos
tipos de figuritas. Unas autoadhesivas y otras de cartulina.
No recuerdo que hubiese un álbum donde colocarlas.
Las autoadhesivas terminaban pegadas por todo el
mobiliario de la casa. (Puertas de armario y las cabeceras de nuestras camas)
Y las de cartulina venían impresas por ambas caras.
Por un lado traían una foto correspondiente a la serie de TV, y por el otro formaban parte de dos puzzles gigantes con la imagen de Poncharello y Jon Baker respectivamente.